Mejores islas de Europa para viajar
1. Santorini, Grecia
Santorini emerge del azul profundo del Egeo como una joya cicládica. Su fama mundial se debe a la icónica postal de casas encaladas adornadas con techos azules, que se asientan sobre un paisaje volcánico dramático. Los acantilados escarpados se desploman hacia playas de arena negra y roja, creando un contraste visual inolvidable.
Entre las experiencias imprescindibles se encuentra presenciar las puestas de sol en Oia, consideradas por muchos como las más bellas del planeta. Explorar Fira, la capital, es sumergirse en un laberinto de calles empedradas repletas de encantadoras tiendas y restaurantes que ofrecen vistas espectaculares del caldera.
Para los amantes de las playas singulares, la Playa Roja y la Playa Perissa, con sus características arenas volcánicas, son visitas obligadas.
Para disfrutar plenamente de Santorini, se aconseja evitar la temporada alta de julio y agosto, cuando la isla está más concurrida. Considera alojarte en Fira u Oia para despertar con vistas increíbles y tener fácil acceso a las principales atracciones

2. Córcega, Francia
Córcega se revela como una joya mediterránea, donde los paisajes montañosos se encuentran con playas de arena blanca, y un carácter único fusiona influencias francesas e italianas. Explorar Bonifacio es adentrarse en un lugar mágico, un pueblo situado en espectaculares acantilados de piedra caliza que parecen desafiar la gravedad.
Para los amantes de la naturaleza en estado puro, el Parque Natural de Scandola, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ofrece paisajes marinos y terrestres impresionantes. Sumérgete en la auténtica gastronomía corsa, saboreando platos tradicionales como el fiadone, una deliciosa tarta de queso, y la variada charcutería local.
La mejor manera de descubrir la diversidad de Córcega y acceder a sus rincones más remotos es alquilando un coche. Para evitar las multitudes del verano y disfrutar de un clima agradable, septiembre y octubre son meses ideales para visitar esta isla fascinante.
3. Madeira, Portugal
Conocida como la «Perla del Atlántico«, Madeira se presenta como un destino cautivador para aquellos que buscan una conexión con la naturaleza y la emoción de la aventura. Su clima, que se mantiene primaveral durante todo el año, es el telón de fondo perfecto para descubrir paisajes montañosos imponentes, acantilados que desafían la gravedad y una cultura gastronómica rica y auténtica.
Una de las actividades más emblemáticas es la exploración de las levadas, antiguos canales de riego que serpentean a través de senderos naturales exuberantes. La visita al mirador de Cabo Girão, uno de los acantilados más altos de Europa, ofrece panorámicas que quitan el aliento.
Para completar la experiencia madeirense, es imprescindible degustar el famoso vino de Madeira y saborear la gastronomía local, siendo la espetada, unas deliciosas brochetas de carne, un plato estrella. Para moverse con libertad y descubrir los tesoros escondidos de la isla, alquilar un coche es altamente recomendable.
Los entusiastas del senderismo no pueden perderse la oportunidad de ascender al Pico Ruivo, una caminata que recompensa con vistas espectaculares.

4. Hvar, Croacia
Hvar, conocida como la isla del sol y la lavanda, se erige como uno de los destinos más soleados de Europa. Sus aguas cristalinas invitan al baño, los campos de lavanda perfuman el aire en verano, y su animada vida nocturna atrae a quienes buscan diversión. Es un destino perfecto para encontrar el equilibrio entre la relajación y el entretenimiento.
Un paseo por el casco antiguo de Hvar es imprescindible, con su imponente catedral y su pintoresco puerto lleno de vida. Explorar las Islas Pakleni, un pequeño archipiélago cercano, revela calas paradisíacas de belleza incomparable. Para vivir una experiencia sensorial única, visita los campos de lavanda en verano, cuando la floración tiñe el paisaje de púrpura y el aire se llena de su aroma característico.
Si prefieres una estancia más tranquila y relajada, considera alojarte en encantadores pueblos como Jelsa o Stari Grad, en lugar de la bulliciosa Hvar ciudad. Y si te apasiona la vida nocturna, no puedes perderte los vibrantes beach clubs que salpican la costa de la isla.
5. Mallorca, España
Mallorca, la más grande de las Islas Baleares, ofrece una seductora combinación de playas paradisíacas y un patrimonio cultural vibrante. Desde calas escondidas de aguas turquesas hasta la animada ciudad de Palma, la isla tiene algo especial para cada tipo de viajero.
Una visita obligada es la Catedral de Palma, un impresionante ejemplo de la arquitectura gótica que domina el horizonte de la ciudad. Para los amantes de la naturaleza y el turismo rural, la Sierra de Tramuntana ofrece paisajes montañosos espectaculares y rutas de senderismo inolvidables.
Descubrir las calas escondidas, como Cala Mondragó o Cala Varques, es sumergirse en la belleza natural de la isla. La mejor época para visitar Mallorca y disfrutar plenamente de sus playas es entre mayo y septiembre, cuando el clima es ideal.
Si buscas tranquilidad y un ambiente más relajado, considera alojarte en encantadores pueblos como Valldemossa o Deià, enclavados en la sierra.

Europa alberga algunas de las islas más hermosas y diversas del mundo, cada una con su propio carácter y encanto. Ya sea que busques playas paradisíacas, aventura en la naturaleza o cultura vibrante, hay una isla perfecta para ti.
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